viernes, 6 de abril de 2012

Indiferencia

A veces pienso que sería mucho mejor vivir en la ignorancia.
Vivir sonriente porque no eres consciente de lo que sucede a tu alrededor, de la cantidad de problemas que asolan el mundo y de lo jodidamente asquerosa que es la naturaleza humana. 
Al rato, me odio a mi misma por tener un pensamiento tan sumamente egoísta. No entiendo como puedo siquiera plantearme la posibilidad de no saber que ocurre a mi alrededor. ¿No es acaso eso, una muestra total de indiferencia? 

(Una indiferencia que por sucesión es engaño. 
Ojalá las personas, incluyéndome a mí, fuésemos capaces de sentir indiferencia ante ciertas situaciones, pero no lo somos, lo que hace que pedir ignorancia implique pedir indiferencia, y no sentimos indiferencia. Nunca. Ahí está el engaño. Por otro lado, menos mal que no la sentimos, porque ya vivimos en una sociedad totalmente fría y calculadora, y bastante pasota... Imaginad si le añadimos indiferencia... Deberíamos pedir que sea verdad que el mundo se acaba en 2012 en ese caso...)

Al final,  acabo odiando al mundo, por no permitirme vivir así, por no dejarme sentir indiferencia, por hacerme dar cuenta del engaño que supone pedirla, por obligarme ver lo que sucede a mi alrededor, y en definitiva por no ser un mundo en el que pueda ignorar y desconocer todo aquello que pueda robarme una sonrisa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario