domingo, 15 de abril de 2012

Spring

La primavera ha llegado, y con ella el polen, el sol, el calor se acerca. Ya no se hace de noche  a las 7 de la tarde, dentro de poco a las 10 seguirá siendo de día. Se acerca el final del curso, se acerca el principio de un nuevo verano, que se perfila tan mentiroso como todos. A este también le perdonaremos las ilusiones rotas, al fin y al cabo, se llama verano. Pero, ¿por qué estoy hablando del verano si la primavera no ha hecho más que empezar? 

Dentro de exactamente un mes hará exactamente un año y un día desde que me gradué, desde que nos graduamos... Me duele la forma en la que el tiempo pasa. Me duele la forma en la que recuerdo todo eso tan cercano y tan lejano a la vez. Me gusta el amargo dolor que dejan los buenos momentos con la gente que quieres y la triste pero feliz sonrisa que esos momentos provocan en mí. 
No me puedo creer que hayamos pasado de vernos y sentarnos juntas absolutamente siempre a tener que ir a clases diferentes, universidades diferentes, que no podían estar más lejos las unas de las otras. Pero me alegro en realidad. Tengo la teoría de que en esta vida todo pasa por alguna razón. Hay quién le llama casualidad, para mí es tan sencillo como que los sucesos de nuestra vida responden a la "causualidad" de la misma. Aún no sé la causa final de esto, pero empieza a perfilarse como la vida intentándonos demostrar que hay algo más allá de los infernales muros que intentaban significar "los mejores", que ese no es el mundo. Que todo el mundo merece la pena. Que todos tenemos cabida en el pequeño proyecto del conjunto de las vidas de los demás. Que la gente merece la pena. Que el mundo merece la pena. Que merecemos la pena. Nosotras. Tú. Yo. 
Con todo esto quiero decir que os echo de menos, ¡claro que sí!. ¿Quién no lo haría? Pero lo que no te mata te hace más fuerte, y esto es el tipo de cosas que fortalecen.
Ya he dicho: Gracias por ser mis amigas, gracias por estar junto a mi, gracias por provocarme esta sonrisa, incluso gracias por las lágrimas que en algún momento he derramado por vosotras. Gracias sin más. ¿Por qué hoy, ahora? Porque no se me ha ocurrido ningún momento mejor, que este mismo, el instante de ahora, justo en el momento en el que todo esto a aparecido en mi cabeza. Lo he pensado y lo he dicho. Y así va a ser. Así quiero que sea. Esto puede ser lo que se conoce como una pequeña declaración de intenciones y yo he decidido que no me quiero quedar con ganas de decir a todas las personas que quiero lo maravillosas que son.  No quiero no decirlo y encontrarme que un día es demasiado tarde. Todos necesitamos que alguien nos recuerde que el mundo está hecho para nosotros, y que nosotros estamos hechos para el mundo.

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